**POR QUÉ ESTO IMPORTA**
Los ahorros previsionales son de todos los trabajadores chilenos. Si se usaron para financiar campañas políticas, es un desvío grave de recursos. La investigación puede revelar cómo se manipula la opinión pública con dinero que no es de los políticos, sino nuestro. Esto afecta la confianza en todo el sistema.
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**SUPERINTENDENCIA INVESTIGA POSIBLE USO DE PLATAS DE AFP EN CAMPAÑAS POLÍTICAS**
*Por Claudia Molina B. | FACTOS*
La Superintendencia de Pensiones (SP) encendió las alarmas. Mediante un oficio oficial, pidió a todas las AFP que detallen toda su publicidad y gastos en campañas comunicacionales desde 2021. La duda central: si el dinero de los trabajadores se usó, directa o indirectamente, para apoyar causas o candidatos políticos.
La investigación se activó tras revelaciones periodísticas que vincularon a la Asociación de AFP con una fundación ligada al economista Bernardo Fontaine. Esta fundación habría servido como puente para financiar campañas que, con el lema «Con mi plata no», pasaron de ser mensajes sobre pensiones a una bandera clave para el Rechazo en el plebiscito constitucional y, según los indicios, habrían beneficiado la imagen de figuras como José Antonio Kast.
El oficio de la SP no acusa a nadie directamente, pero reconoce que hay motivos suficientes para investigar. Si se confirma que plata de las AFP —que son los ahorros de todos— financió propaganda política, sería una falta grave a la ley previsional. Incluso podría derivar en causas penales por financiamiento irregular de campañas.
Bernardo Fontaine, exconvencional y conocido defensor del sistema de AFP, aparece como un nexo clave entre el mundo gremial de las administradoras y los equipos comunicacionales de la derecha. La hipótesis es que se usaron fondos del sistema para pagar una estrategia de medios y redes sociales que, con el mensaje de defender los ahorros, en realidad promovía una posición política específica.
La Superintendencia ahora espera los informes de las AFP. De encontrarse irregularidades, las multas pueden ser cuantiosas. Pero más allá de las sanciones, lo que está en juego es la confianza pública. Millones de chilenos podrían haber financiado, sin saberlo, campañas que no apoyan. El caso abre una pregunta incómoda: ¿se usó el dinero de todos para pagar la política de unos pocos?
