**POR QUÉ IMPORTA:**
La candidatura de Jeannette Jara se enfrenta a una tormenta perfecta: críticas internas del gobierno, reconstrucción estancada en Viña y cuestionamientos a su gestión laboral. Esto debilita al progresismo en plena campaña y expone las fracturas de la coalición oficialista. El electorado mira con preocupación cómo estos conflictos afectan soluciones concretas para la gente.
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**LAGOS WEBER ADVIERTE: CANDIDATURA DE JARA SUFRE ATAQUES Y ERRORES NO FORZADOS DEL GOBIERNO**
El senador PPD Ricardo Lagos Weber encendió las alarmas al reconocer que la campaña de Jeannette Jara (PC) enfrenta múltiples dificultades, incluyendo fallas de la administración del presidente Gabriel Boric que perjudican directamente su postulación. En entrevista con Cooperativa, el parlamentario -quien es vocero de la candidata- hizo un crudo diagnóstico sobre los obstáculos que amenazan las aspiraciones del progresismo.
Uno de los puntos críticos es el abierto conflicto entre Jara y el ministro de Vivienda Carlos Montes (PS), luego de que la candidata cuestionara la lentitud en la reconstrucción de Viña del Mar tras el megaincendio. «No sé cómo terminamos hablando de la toma de San Antonio», comentó Lagos con evidente molestia, refiriéndose a la polémica que escaló rápidamente.
El senador respaldó las críticas de Jara sobre la reconstrucción, recordando que el propio Montes ha admitido públicamente las demoras. Lagos fue más allá al cuestionar la ejecución del fondo de 800 millones de dólares destinado a la recuperación: «Apenas se ha gastado un 15% hasta la fecha», reveló, mostrando la gravedad de la situación para los miles de afectados.
Pero los problemas no terminan ahí. Lagos Weber se desmarcó claramente de los reparos que Jara expresó contra el Banco Central, luego de que esta institución publicara un informe vinculando sus políticas laborales con el alza del desempleo. «En general, no comparto suspicacias sobre nuestras instituciones», sentenció el parlamentario, marcando otra divergencia pública dentro de la coalición.
El panorama que dibuja el senador es complejo: una candidatura que debe defenderse simultáneamente de ataques externos y de los «errores no forzados» de su propio gobierno. Esta situación pone en evidencia las tensiones internas que podrían costarle caro al oficialismo de cara a las próximas elecciones, especialmente cuando la ciudadanía espera soluciones concretas y unidad en el comando.
