# La trama del dólar blue: la economía paralela dentro de la Embajada de Chile en Buenos Aires
### **¿Por qué esto importa?**
Porque revela cómo funcionarios diplomáticos usaron por años un sistema financiero paralelo con dinero público. Pagos en dólar blue, retiros masivos de efectivo y documentos falsos para auditorías muestran graves fallas de control. Lo más grave: estas prácticas no terminaron y continúan bajo la actual administración, sin investigación ni sanciones.
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### **La noticia**
La Cancillería chilena sancionó al ex encargado de la Embajada en Argentina, Alberto Rodríguez Asplillaga, tras confirmar una red de pagos irregulares que operó por años. Sin embargo, una investigación de FACTOS basada en miles de documentos del sumario administrativo demuestra que este sistema **no terminó con la sanción**, sino que se mantiene bajo el actual embajador, José Antonio Viera-Gallo, sin que exista hasta ahora una investigación en su contra.
Durante años, dentro de la misión diplomática en Buenos Aires se normalizó una «economía paralela». Funcionarios retiraban grandes sumas en dólares en efectivo desde bancos, los cambiaban en el mercado ilegal del «dólar blue» y pagaban a proveedores, muchos sin identificación clara. Los documentos para respaldar estos gastos a menudo se fabricaban después, solo cuando llegaba una auditoría.
La Fiscalía del caso fue clara: se pagó a proveedores en dólares y se cambió a pesos en el mercado informal. Esto no fue un error aislado, sino una práctica habitual descrita por los mismos funcionarios como «lo que siempre se hacía». El sistema era tan común que el dinero rara vez se ingresaba correctamente en SIGFE, la plataforma estatal que debe rastrear todos los fondos públicos.
Aunque el sumario se centró en el período de Rodríguez Asplillaga, los documentos muestran que el mecanismo **no nació con él** y, lo que es más inquietante, **no terminó con su salida**. Bajo la administración del embajador titular Viera-Gallo, FACTOS ha documentado nuevas irregularidades, denuncias laborales y la continuidad de prácticas opacas. Pese a esto, no hay sumario abierto ni sanción alguna contra el actual jefe de la misión.
La Cancillería sancionó al encargado interino con un descuento en su sueldo, pero ha guardado silencio sobre lo que ocurre ahora. La pregunta que queda flotando es simple: si se castigó a uno por no corregir un sistema heredado, ¿por qué no se aplica el mismo estándar con quien está a cargo hoy y no lo ha detenido?