**¿POR QUÉ IMPORTA ESTO?**
Las elecciones presidenciales podrían dar una sorpresa histórica que desafíe todas las encuestas. Un triunfo comunista en un país neoliberal sería como un «fallo en el sistema», cambiando todo lo que creíamos estable. Esto nos haría cuestionar si realmente entendemos cómo funciona nuestra realidad política.
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**LA NOTICIA**
En vísperas de las elecciones presidenciales, surge una teoría que compara el proceso electoral con un «glitch» o falla en una simulación computacional. La idea, inspirada en filosofías contemporáneas, plantea que eventos improbables -como un triunfo comunista en un país de raíces capitalistas- podrían ser señales de que nuestra realidad no es tan predecible como creemos.
El columnista Hugo Catalán Flores explora esta provocadora idea cruzando conceptos del filósofo Nick Bostrom con la coyuntura chilena. Según la hipótesis de la simulación, existirían tres escenarios posibles: que las civilizaciones se extingan antes de crear simulaciones, que no les interese crearlas, o que nosotros ya vivamos en una.
El artículo señala que un resultado electoral contrario a todos los pronósticos del 14 de diciembre sería comparable a esos «fallos de matrix» que occasionalmente ocurren en sistemas complejos. Se mencionan ejemplos históricos de eventos improbables: la crisis del 2008, el error en los Oscar de 2017, la elección de Trump y, en Chile, el terremoto de 2010 durante el Festival de Viña y el inexplicable declive del fútbol chileno.
La columna concluye planteando que, más allá del trabajo político territorial, existe la posibilidad latente de una ruptura con las tendencias establecidas. En un país donde un tercio de la población no percibe la actual situación como catastrófica, pero sí como producto de un sistema desigual, la elección podría depender de qué tan dispuestos estamos a aceptar que lo imposible a veces ocurre.