**POR QUÉ ESTO IMPORTA**
En el extremo sur de Chile, los vuelos médicos son la única esperanza de vida para cientos de personas. Cuando estos servicios fallan por decisiones arbitrarias, vidas quedan en riesgo inmediato. Este caso revela un sistema de salud aéreo quebrado, donde las sanciones se aplican sin criterio técnico y los pacientes pagan las consecuencias.
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**SANCIONES ARBITRARIAS Y FAVORITISMO POLÍTICO COLAPSAN VUELOS MÉDICOS DEL SUR**
*Reportaje especial de Claudia Molina | FACTOS*
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) suspendió abruptamente a la empresa AEROTAC, principal operadora de vuelos médicos en el sur de Chile, dejando sin cobertura aérea a regiones completas donde el avión es la única vía de supervivencia.
La medida se tomó tras un accidente menor de un avión particular que no transportaba pacientes, pero la DGAC usó este hecho para aplicar la sanción máxima: retirar el certificado de operación. La resolución se firmó sin consultar al Ministerio de Salud, violando protocolos básicos de coordinación.
Mientras AEROTAC sufre este castigo desproporcionado, otras empresas con graves irregularidades siguen operando. Andes del Sur volaba con personal sin experiencia requerida y equipamiento inadecuado durante meses sin sanción. San Rafael Ltda. utiliza una empresa «pantalla» para facturar servicios, creando posibles elusiones tributarias que el SII no fiscaliza.
El Ministerio de Defensa se deslindó de toda responsabilidad, alegando que la DGAC actúa con «autonomía técnica». Mientras tanto, en terreno, los servicios de salud enfrentan el caos: pacientes graves no pueden ser trasladados y han ocurrido muertes evitables.
Este caso expone un sistema de control aeronáutico que opera con doble estándar, donde las sanciones no buscan mejorar la seguridad sino redistribir el negocio de los vuelos médicos. El resultado es simple: en el sur de Chile, la salud pública depende más de favores políticos que de criterios técnicos.
